[4] EL EMPERADOR (Según Carl Jung)

ASPECTOS ARQUETÍPICOS

El Emperador puede considerarse como el principio activo masculino, que ha venido a poner orden en el jardín de La Emperatriz.

Es el arquetipo del Padre, se inicia la ley masculina del espíritu sobre la naturaleza. Esta ley es la encarnación del Logos o principio racional. Éste ordena nuestros pensamientos y energías conectándolos con la realidad de manera práctica.

Su postura es de paz, donde no espera ataque del exterior ni traición del interior (no lleva espada)
El imperio que ha creado es de un gran refinamiento cultural. Su reino se ganó duramente. La lucha del hombre por la consciencia comporta esfuerzos sobrehumanos pues la Madre Naturaleza guarda su reino celosamente.

El Número 4 sugiere que su perspectiva abarca las 4 dimensiones de la vida. Simboliza plenitud y equivale a la ley y el orden. No sólo marca el fin de un ciclo, sino que nos provee la fuerza necesaria para el inicio de uno nuevo.
Con el Número 4 concluye la fase de la creación iniciando al mismo tiempo un nuevo tipo de creación: la civilización. Es el resultado de todo lo que ha pasado con anterioridad y es, a la vez, la promesa de un crecimiento enteramente nuevo.

El espíritu conductor del Emperador nos ayuda a examinar las realidades de nuestra condición humana y a relacionarnos con ella de manera consciente y creativa.

El Emperador proporciona permanencia, estabilidad y perspectiva.
El Emperador y La Emperatriz son, como su nombre indica, una pareja unida. Uno no puede actuar  creativamente sin la otra.
El Emperador reina a través del Logos y del pensamiento; La Emperatriz está conectada con el Eros y con el sentimiento. (LOGOS: aquello a través de lo cual se expresa el pensamiento interior)
Para El Emperador, el hecho objetivo es la verdad, para La Emperatriz lo primordial es el hecho interior.

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